Una excavación descubre el cadáver de un bebé de hace
2.200 años
Las excavaciones
realizadas en la ladera del castillo de Sagunt han sacado a la luz los
cadáveres de un bebé y un perro que, al parecer, fueron sacrificados hace
2.200 años. Además, se han hallado 12 tumbas de época medieval.
Mónica Arribas, Sagunt
La
primera campaña arqueológica impulsada por el Ayuntamiento de Sagunt ha
permitido hallar nuevos restos de época íbera, árabe y medieval que, a
juicio del edil de Cultura Manuel Civera, «merecen ser incluidos en un
itinerario de visitas».
Los trabajos se han realizado junto a la
torre íbera y han sacado a la luz los restos de un sacrificio humano que,
a juicio de los expertos, formaba parte de un rito fundacional para dar
buenos augurios a la ciudad. Este tipo de actos eran habituales en la
sociedad ibera, romana y helénica, especialmente, cuando se erigían las
puertas de los recintos amurallados que podían ser más sensibles a un
ataque exterior. Por ello, su hallazgo no ha sorprendido del todo al
equipo dirigido por los arqueólogos Matías Calvo y Carmina Ballester,
según aseguraba Civera.
A parte de llegar hasta el nivel íbero de
la torre, se han encontrado restos árabes y doce enterramientos de época
medieval, que apuntan a la existencia de una necrópolis hebrea a partir de
los primeros años del siglo XIV. Aunque una de las tumbas había sido
saqueada, el resto estaban en perfecto estado.
Los arqueólogos
prosiguen aún el estudio de todos los vestigios tras esta intervención
donde también ha colaborado la Conselleria de
Cultura. | |
Las excavaciones realizadas en la ladera del castillo de Sagunt han
sacado a la luz los cadáveres de un bebé y un perro que, al parecer, fueron
sacrificados hace 2.200 años. Además, se han hallado 12 tumbas de época
medieval.
Mónica Arribas, Sagunt
La
primera campaña arqueológica impulsada por el Ayuntamiento de Sagunt ha
permitido hallar nuevos restos de época íbera, árabe y medieval que, a juicio
del edil de Cultura Manuel Civera, «merecen ser incluidos en un itinerario de
visitas».
Los trabajos se han realizado junto a la torre íbera y han
sacado a la luz los restos de un sacrificio humano que, a juicio de los
expertos, formaba parte de un rito fundacional para dar buenos augurios a la
ciudad. Este tipo de actos eran habituales en la sociedad ibera, romana y
helénica, especialmente, cuando se erigían las puertas de los recintos
amurallados que podían ser más sensibles a un ataque exterior. Por ello, su
hallazgo no ha sorprendido del todo al equipo dirigido por los arqueólogos
Matías Calvo y Carmina Ballester, según aseguraba Civera.
A parte de
llegar hasta el nivel íbero de la torre, se han encontrado restos árabes y
doce enterramientos de época medieval, que apuntan a la existencia de una
necrópolis hebrea a partir de los primeros años del siglo XIV. Aunque una de
las tumbas había sido saqueada, el resto estaban en perfecto estado.
Los arqueólogos prosiguen aún el estudio de todos los vestigios tras
esta intervención donde también ha colaborado la Conselleria de Cultura.
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