En el fondo, el mar es otro mundo. Matarile, rile, rile. Un submundo repleto de historias en las que sumergirse. A las que llegar depende, en multitud de ocasiones, de las fuentes orales y documentales. Retazos del pasado en forma de pecios, ánforas, cerámicas o cañones... que tras siglos de silencio son descubiertos para contar todo lo que han presenciado a lo largo de su sumergida existencia. A veces lo narran desde las cubetas en las que son restauradas, otras son interpretadas in situ. Eso, si logran esquivar el expolio que les acecha. Todo un submundo por descubrir de manera fácil y amena de la mano del Proyecto Sumérgete en la Arqueología Subacuática.
La iniciativa del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), que ayer fue presentada por la Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, junto a la directora del CAS, Carmen García Rivera y la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, pone en pie un programa encauzado a la difusión de la apasionante pero compleja labor desarrollada por los arqueólogos subacuáticos en la localización, identificación y difusión de los valores de los bienes culturales preservados bajo el agua.
Una nueva estrategia recogida en la web del IAPH conformada por cuatro productos dirigidos tanto a la ciudadanía general, como al colectivo escolar, en particular, que ha visto la luz gracias a la financiación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y el Ministerio de Ciencia e Innovación.
"El objetivo que se marcó la Consejería de Cultura fue sensibilizar al ciudadano sobre la importancia que tienen estos bienes bajo el agua", dijo la consejera, Rosa Torres. "Para ello se ha puesto en marcha, hasta el momento, un programa de visitas guiadas y cinco exposiciones como la que celebró el bicentenario de Trafalgar. Ahora hemos diseñado una nueva estrategia: Sumérgete en la arqueología, para lo que se ha trabajado en tres productos". Se trata de una exposición virtual, material didáctico a base de cuadernillos y cartelería y talleres con escolares.
A lo largo del recorrido que propone la exposición virtual se puede acceder a un imaginario Centro de Arqueología Subacuática para conocer, casi de primera mano, los métodos y técnicas utilizadas por los arqueólogos en sus investigaciones.
De esta forma, el ciudadano puede familiarizarse con el método de trabajo empleado en la excavación de un barco hundido, con los procesos químicos que influyen en el deterioro del patrimonio arqueológico subacuático o con el uso de tecnologías avanzadas en la localización de yacimiento.
Una vez que se accede a la web (www.juntadeandalucia.es/cultura/iaph/sys/productos/cas) el usuario se encuentra con cinco fases de trabajo: Documentación, prospección, excavación, conservación e interpretación.
En el terreno de búsqueda de archivos se abre ante los ojos del navegante un coqueto estudio con librería incluida. Desde aquí se obtienen pequeñas notas acerca de las fuentes cartográficas, la historia del buceo, la arqueología subacuática en la actualidad, la legislación, la ordenación de datos, la importancia de las fuentes orales, así como de los sistemas de información geográfica.
El segundo punto incide en la prospección, que consiste en el reconocimiento de la superficie donde las fuentes arrojan posibles indicios de restos arqueológicos. Para ello y dependiendo de la zona que se explore, se usan diferentes sistemas de prospección: extensiva e intensiva.
De este modo, se informa de los equipos de inmersión o los sistemas de prospección extensiva -puesta en marcha con sofisticados equipos de geofísica que obtienen información de los fondos marinos-, e intensiva -a través de buceadores y herramientas habituales, así como equipos teledirigidos, si la profundidad es mayor-.
El punto más llamativo, el de excavación, sumerge al visitante ante la imagen de un pecio para explicar cómo se dibujan los restos bajo el agua; el registro del yacimiento mediante foto y vídeo; la posibilidad de extraer los materiales más significativos, así como la importancia de la protección del yacimiento una vez que se ha excavado, depositando el mismo sedimento extraído.
El proceso de conservación habla de la aplicación de productos cerosos en madera, la desalación de las cerámicas o la electrólisis en los metales, una vez que son recuperados, así como el oportuno sistema de embalaje tras ser restaurados.
Con todo este material se pone en pie la fase de interpretación, en la que el arqueólogo inicia la investigación y posterior difusión de todos los hallazgos.
Y es aquí donde entra en juego Sumérgete en la arqueología que, además, oferta material didáctico de apoyo al trabajo docente, que puede ser transferido sin coste alguno a través de la web en pdf. Por una parte el Cuaderno Matarile, que se puede descargar por capítulos temáticos, se ha elaborado para la enseñanza amena y atractiva de la arqueología. En estos se recopilan noticias y anécdotas en torno al patrimonio sumergido.
Además, el CAS ha elaborado una serie de carteles didácticos (pueden verse en la parte inferior de la página) para apoyar al docente en esta enseñanza. La descarga puede realizarse para su exposición en tamaño póster en el centro educativo, así como en A4 para el trabajo individual.
Este interesante material está planteado para los alumnos de 2º ciclo de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Ciclos Formativos.
Los talleres escolares conforman el último producto de esta iniciativa. Una actividad inaugurada ayer, en el transcurso de la presentación, con un grupo de alumnos de Primero de Eso del Instituto Sancti Petri de San Fernando que, de la mano de la empresa Animarte, se iniciaron en el trabajo del arqueólogo subacuático desde el propio CAS y en la playa de La Caleta.
Un trabajo o disciplina científica, según explicó la directora del CAS, Carmen García Rivera, "destinada a la búsqueda del mayor tesoro, que no es el hallazgo de objetos y botines, sino la recuperación y reconstrucción de una parte de nuestra historia". Descubrir cada uno de los pasos que nos transportan a ella es cuestión de sumergirse. Matarile, rile, rón.
La iniciativa del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), que ayer fue presentada por la Consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Torres, junto a la directora del CAS, Carmen García Rivera y la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado, pone en pie un programa encauzado a la difusión de la apasionante pero compleja labor desarrollada por los arqueólogos subacuáticos en la localización, identificación y difusión de los valores de los bienes culturales preservados bajo el agua.
Una nueva estrategia recogida en la web del IAPH conformada por cuatro productos dirigidos tanto a la ciudadanía general, como al colectivo escolar, en particular, que ha visto la luz gracias a la financiación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y el Ministerio de Ciencia e Innovación.
"El objetivo que se marcó la Consejería de Cultura fue sensibilizar al ciudadano sobre la importancia que tienen estos bienes bajo el agua", dijo la consejera, Rosa Torres. "Para ello se ha puesto en marcha, hasta el momento, un programa de visitas guiadas y cinco exposiciones como la que celebró el bicentenario de Trafalgar. Ahora hemos diseñado una nueva estrategia: Sumérgete en la arqueología, para lo que se ha trabajado en tres productos". Se trata de una exposición virtual, material didáctico a base de cuadernillos y cartelería y talleres con escolares.
A lo largo del recorrido que propone la exposición virtual se puede acceder a un imaginario Centro de Arqueología Subacuática para conocer, casi de primera mano, los métodos y técnicas utilizadas por los arqueólogos en sus investigaciones.
De esta forma, el ciudadano puede familiarizarse con el método de trabajo empleado en la excavación de un barco hundido, con los procesos químicos que influyen en el deterioro del patrimonio arqueológico subacuático o con el uso de tecnologías avanzadas en la localización de yacimiento.
Una vez que se accede a la web (www.juntadeandalucia.es/cultura/iaph/sys/productos/cas) el usuario se encuentra con cinco fases de trabajo: Documentación, prospección, excavación, conservación e interpretación.
En el terreno de búsqueda de archivos se abre ante los ojos del navegante un coqueto estudio con librería incluida. Desde aquí se obtienen pequeñas notas acerca de las fuentes cartográficas, la historia del buceo, la arqueología subacuática en la actualidad, la legislación, la ordenación de datos, la importancia de las fuentes orales, así como de los sistemas de información geográfica.
El segundo punto incide en la prospección, que consiste en el reconocimiento de la superficie donde las fuentes arrojan posibles indicios de restos arqueológicos. Para ello y dependiendo de la zona que se explore, se usan diferentes sistemas de prospección: extensiva e intensiva.
De este modo, se informa de los equipos de inmersión o los sistemas de prospección extensiva -puesta en marcha con sofisticados equipos de geofísica que obtienen información de los fondos marinos-, e intensiva -a través de buceadores y herramientas habituales, así como equipos teledirigidos, si la profundidad es mayor-.
El punto más llamativo, el de excavación, sumerge al visitante ante la imagen de un pecio para explicar cómo se dibujan los restos bajo el agua; el registro del yacimiento mediante foto y vídeo; la posibilidad de extraer los materiales más significativos, así como la importancia de la protección del yacimiento una vez que se ha excavado, depositando el mismo sedimento extraído.
El proceso de conservación habla de la aplicación de productos cerosos en madera, la desalación de las cerámicas o la electrólisis en los metales, una vez que son recuperados, así como el oportuno sistema de embalaje tras ser restaurados.
Con todo este material se pone en pie la fase de interpretación, en la que el arqueólogo inicia la investigación y posterior difusión de todos los hallazgos.
Y es aquí donde entra en juego Sumérgete en la arqueología que, además, oferta material didáctico de apoyo al trabajo docente, que puede ser transferido sin coste alguno a través de la web en pdf. Por una parte el Cuaderno Matarile, que se puede descargar por capítulos temáticos, se ha elaborado para la enseñanza amena y atractiva de la arqueología. En estos se recopilan noticias y anécdotas en torno al patrimonio sumergido.
Además, el CAS ha elaborado una serie de carteles didácticos (pueden verse en la parte inferior de la página) para apoyar al docente en esta enseñanza. La descarga puede realizarse para su exposición en tamaño póster en el centro educativo, así como en A4 para el trabajo individual.
Este interesante material está planteado para los alumnos de 2º ciclo de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Ciclos Formativos.
Los talleres escolares conforman el último producto de esta iniciativa. Una actividad inaugurada ayer, en el transcurso de la presentación, con un grupo de alumnos de Primero de Eso del Instituto Sancti Petri de San Fernando que, de la mano de la empresa Animarte, se iniciaron en el trabajo del arqueólogo subacuático desde el propio CAS y en la playa de La Caleta.
Un trabajo o disciplina científica, según explicó la directora del CAS, Carmen García Rivera, "destinada a la búsqueda del mayor tesoro, que no es el hallazgo de objetos y botines, sino la recuperación y reconstrucción de una parte de nuestra historia". Descubrir cada uno de los pasos que nos transportan a ella es cuestión de sumergirse. Matarile, rile, rón.