DECÁLOGO ÉTICO SOBRE ÁRBOLES Y BOSQUES
Por su interés general, pues creo que los amantes de la Arqueología y del campo
normalmente lo somos también de nuestro cada vez más menguado patrimonio
arbóreo, os transmito con gusto, a petición de la "Asociación de Amigos del
Tejo" (http://www.arba-s.org/amigos%20del%20tejo/amigosdeltejo.htm y
http://texu.wordpress.com/), este documento, que refleja una labor común para su
salvaguardia. Gracias, y también si colaboráis a su difusión.
DECÁLOGO ÉTICO PARA LA VISITA Y CONSERVACIÓN DE LOS ÁRBOLES Y BOSQUES
MONUMENTALES SILVESTRES
Este Decálogo ha sido creado despues de las II Jornadas sobre ?El Tejo en el
Mediterráneo Occidental?, celebradas en Olot del 26 al 28 de junio; en ellas se
abordaron distintos aspectos de esta especie mítica. Desde la Asociación de
Amigos del Tejo os pedimos apoyos y difusión de este primer Decálogo, que
pretende racionalizar el uso de este inestimable recurso.
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En los últimos tiempos los árboles monumentales y bosques de especial interés
están soportando una presión acentuada a causa de la curiosidad y la creciente
atención que merecen. Sin embargo, este legítimo interés pone en grave peligro a
corto plazo a unos seres y ecosistemas de incalculable valor, que han llegado
hasta nosotros -en no pocas ocasiones- por encontrarse en lugares inaccesibles o
poco conocidos. Urge regular del modo más preciso y exigente las visitas guiadas
a estos verdaderos santuarios de la vida silvestre.
La proliferación de malas prácticas en este sentido ha llevado a los abajo
firmantes, personas y asociaciones comprometidas con el estudio, la gestión y
conservación de estos árboles y arboledas monumentales (incluidas o no en
figuras de protección oficiales), a elaborar un catálogo ético que sirva de guía
para evitar la pérdida o menoscabo de este patrimonio.
Al margen de los árboles monumentales en plazas, parques e iglesias, en
cercanías de los pueblos y lugares más o menos humanizados, cuya visita es
aconsejable (siempre que se respete escrupulosamente el entorno) y tiene un
extraordinario sentido didáctico, los árboles y bosques monumentales silvestres
deberían -en nuestra opinión- salvaguardarse con las precauciones que
concretamos en este Decálogo. Cualquier alteración de estas pautas debería
efectuarse tan sólo tras un estudio cuidadoso de las posibilidades y las
restricciones que, en su caso, se considerasen necesarias para preservar este
patrimonio arbóreo. Hemos de pensar que basta un grupo o una persona, una
administración poco escrupulosa, o una actuación descuidada durante un breve
lapso de tiempo, para terminar con la vida de un árbol o sentenciar un bosque
centenario, comprometiendo un proceso vital que deberíamos transmitir a las
generaciones futuras, quien sabe si por cientos de años aún.
Hay que propugnar que las administraciones locales, autonómicas y del estado,
cumplan la ley. Y establezcan los mecanismos reales de control, gestión y uso,
con medios materiales, humanos, técnicos y económicos específicos.
DECÁLOGO
1.Todo árbol o bosque monumental que ha sobrepasado cierta edad, por la simple
protección del olvido, el desconocimiento, la inaccesibilidad o el respeto,
debería tener una consideración legal, pero antes de nada, ética, que sirviera
para garantizar de forma efectiva su protección.
2.La divulgación y publicación de la localización de árboles y bosques
monumentales silvestres, puede hacerlos vulnerables y los deja indefensos frente
a visitas mas o menos masivas y planes irresponsables de desarrollo turístico
que ?venden? este nuevo producto sin preocuparse de analizar convenientemente el
estado del patrimonio y de su entorno y el grado de afectación al que se le
somete. Se recomienda especialmente no publicitar localizaciones GPS,
itinerarios o situaciones demasiado exactas.
3.Cuando, a efectos de la declaración bajo una figura de protección determinada,
o por cualquier otro motivo se produzca la divulgación de la situación exacta de
estos árboles, deberán establecerse previamente las condiciones oportunas y si
no ha sido así, convendría acentuar de forma inmediata la vigilancia y
restringir -si fuera necesario- el número de visitas al ejemplar y su entorno
como forma de minimizar en lo posible los efectos que pudiera acarrear el
aumento de la presión.
4.En ningún caso empresas privadas con fines comerciales u organizaciones de
cualquier tipo, deberían publicitar y ?vender? este patrimonio al margen de una
estricta regulación que sería imprescindible para conservar este legado. Tampoco
deberían favorecerse ni anunciarse las visitas en grupo.
5.Pese a la apariencia de seres invulnerables e irreductibles que puedan tener
estos árboles y bosques, pueden resultar extraordinariamente frágiles y
sensibles a los cambios repentinos en su entorno, a las agresiones a su sistema
radicular e incluso a las visitas que de pronto trepan, pisan constantemente las
raíces del cuello, y causan daños graves por descortezamiento, apelmazamiento
del terreno, actos vandálicos?
6.Es importante, si se asume la responsabilidad de acercarse a conocer estos
árboles o bosques, hacerlo con personas de confianza y en número reducido.
7.En cualquier caso, las visitas a estos lugares deberían hacerse caminando y
evitando el acercamiento en vehículos motorizados que distorsionan el entorno y
banalizan la propia percepción del valor de estos árboles y ecosistemas.
8.La construcción y adecuación de senderos o pistas de acceso, incluso bajo el
lema del ?ecoturismo?, puede acarrear a corto o medio plazo, la pérdida o
deterioro del patrimonio que se pretende explotar y altera drásticamente la
estética y el equilibrio del ecosistema.
9.Debería prohibirse expresamente la recolección de material vegetal y cualquier
cosa u objeto del árbol y del entorno, incluida tierra, madera caída o la
materia orgánica del interior de los troncos en descomposición. Es de difícil
justificación la perforación de estos árboles con barrena ?pressler?, usadas
para determinar la edad del árbol. Asimismo es una irresponsabilidad y falta de
la más básica educación, el marcar la corteza o ensuciar el entorno.
10.La regla de oro en todo caso ha de ser no dejar huella. Estos lugares y sus
inmediaciones, idealmente, tendrían que encontrarse libres de señales, marcas o
carteles que desvirtúan el paisaje y resultan de dudoso gusto.
FIRMADO:
Emilio Blanco Castro, Bernabé Moya Sánchez, José Moya Sánchez, José Plumed
Sancho, Ignacio Abella Mina
Proposición para su firma y apoyo:
A.R.B.A. (estatal), Amigos del Tejo (estatal), Árboles Viejos (Navarra),
Asociación Española de Arboricultura AEA, A Morteira (León), T.R.E.P.A. (Madrid)
NOTA - El Tejo de Barondillo y la Acebeda de Becerril en la zona centro, son dos
ejemplos claros de lugares que entran dentro de las consideraciones expresadas
en este Decálogo, y su visita no debería favorecerse públicamente. También es
preciso concretar de forma específica la amenaza que podría suponer para las
tejedas del Sueve (Asturias) la apertura de vías de acceso, tal como últimamente
se ha preconizado. Son simples ejemplos de algunos peligros de los que no están
enteramente exentos los árboles en entornos más
humanizados.
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