Es sabido que los depósitos de carbón y de
petróleo son los restos petrificados o licuados de los
organismos que cubrieron el planeta hace cientos de millones
de años, antes incluso del surgimiento de los
dinosaurios.
Lo que no es habitual es que una mina
albergue vestigios de tal calidad que permitan reconstruir
casi por completo cuál era el ecosistema del pasado. Y eso es
lo que ocurre en algunos yacimientos de Illinois (EE.UU).,
donde investigadores británicos y estadounidenses están
sacando a la luz muestras enteras de bosques de hace 300
millones de años.
«Es extraordinario encontrar un
paisaje fósil preservado en un área tan vasta», ha afirmado
Howard Falcon-Lang, de la Universidad de Bristol, para resaltar la
importancia del hallazgo. Algunos de los yacimientos ocupan
hasta 10.000 hectáreas en el subsuelo, un tamaño impresionante
si se tiene en cuenta que esa es la extensión del madrileño
monte de El Pardo y se recuerda que los geólogos suelen
encontrar fragmentos de plantas o individuos, no selvas
completas.
Según los geólogos, el origen de estos
tesoros prehistóricos se debe a seísmos que provocaron grandes
corrimientos de tierra que enterraron los bosques al completo
y a la rápida acumulación posterior de sedimentos, que los ha
conservado intactos.
El equipo de la Universidad de
Bristol, el Smithsonian Institute y el Illinoir
Geological Survey ha podido reconstruir toda la comunidad
de organismos vegetales, con su estructura y sus diversas
especies. Además, han hallado superpuestos diversos tipos de
bosques, correspondientes a periodos distintos de tiempo. Todo
gana importancia científica si se tiene en cuenta que
pertenecen a un momento del final del Carbonífero (desde 309
millones a 304 millones de años atrás), en el que la Tierra
estaba cubierta por las primeras grandes plantas primitivas,
cuando no había aún vegetales con flor.
Los científicos
han observado los cambios ocurridos en los ecosistemas de
aquella época, constatando que cambiaron desde formaciones
boscosas complejas con plantas de hasta 30 metros hasta
comunidades simples y ralas de antecesores de los helechos.
Coincidió con un calentamiento de la atmósfera, lo que les
hace concluir que el cambio climático acabó con las primeras
selvas.
Autor: Pedro Cáceres
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