Según Javier Noriega, de la empresa malagueña
Nerea
Arqueología, «el material arqueológico que aflora en la
documentación gráfica que muestra Odyssey es la típica
evidencia en superficie de un yacimiento arqueológico
submarino. Por la existencia de artillería nos indica que se
trataba de un buque artillado militar».
Pero a partir
de ahí, todo se enturbia. ¿Qué ha sido de todo el material que
tiene que haber salido durante la extracción, necesario para
la correcta identificación? «Sin una excavación científica no
se catalogan, documentan e inventarían la estructura del
maderamen, la artillería y un sinfín de objetos que
pertenecían a ese microcosmos, esa máquina tan compleja que es
la fragata de guerra de la época». Por tanto, primera
conclusión: sí que debe haber pecio. Y segunda: el yacimiento
estará probablemente destruido, con la información histórica
perdida, y no existe un precedente arqueológico riguroso a
nivel mundial que tenga como objeto la extracción de 600.000
monedas en unas pocas semanas.
¿DÓNDE ESTÁ LO QUE
FALTA?
Lo más importante, para Noriega es «conocer cómo
han extraído las 17 toneladas de la carga, puesto que han
tenido que remover todo el pecio del fondo marino. En dicha
remoción de arena salen cientos de elementos arqueológicos que
deben ser documentados meticulosamente en el momento y en el
«estrato». Es lo normal de una excavación científica, pero en
este asunto nada es normal».
El arqueólogo malagueño
incide también, de acuerdo con la tesis defendida por España,
que «por supuesto hablamos de un buque de Estado en misión
militar. En aquella época, la Institución de la Real Armada
Española era una de las primeras potencias navales del orbe.
Sus buques enarbolaban pabellón de la Armada y un sinfín de
objetos que representaban al Rey y a España en los mares». El
Estado lo está demostrando jurídica y
documentalmente.
¿Pero dónde está lo que falta?, se
pregunta. «Desde trabucos de infantería de marina Española del
XVIII, guarniciones y puños de sable de abordaje (como los del
«Fougueaux»), pistolas reglamentarias de la Armada (en «La
Mercedes» debían ir a bordo el modelo 1802), que por ejemplo
en su punzón con la leyenda R.A (de Real Armada), así como una
artillería con cañones de más porte que el de 3 libras -que
era artillería ligera de borda-) en la que claramente se
establecería nuestras libreas hispanas. Odyssey no lo muestra
en las fotos, pero todo eso ha de estar en algún lugar».
«Es fácil establecer la titularidad de la fragata
cuando se realiza un estudio detallado de la misma mediante
una excavación rigurosa -asevera Noriega-, se verán hasta los
escudos de los cañones. ¡Eso es arqueología! Esta es la prueba
fundamental en el caso, para ponernos en vanguardia de la
protección de nuestra historia. Si no fuese así, sería una
derrota de la ciencia, de la arqueología y de la historia de
España que compartimos». Lo importante es que en el futuro la
«arqueología, la legalidad y la aplicación de la ley tutele el
patrimonio histórico submarino español, el más importante del
mundo».
Autor: J. G. Calero
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