Expertos alemanes y la UNED concretarán las dataciones del yacimiento de La Güelga
Los nuevos estudios comenzarán esta semana y podrían
verificar la teoría sobre la coexistencia de neandertal y el hombre
moderno
El yacimiento en el entorno de la cueva de La Güelga, en
Cangas de Onís, tendrá pronto un segundo diagnóstico. El equipo dirigido
por el arqueólogo alemán Gerd-Christian Weniger, profesor en la
Universidad de Colonia y director del Museo de Neandertal en Mettmann,
llega esta semana a Cangas de Onís para tratar de concretar aún más la
datación de este yacimiento en el que, presumiblemente, convivieron en
tiempo y espacio el hombre neandertal y el hombre moderno. Esta teoría
ha sido defendida en los últimos tiempos por el equipo de la Universidad
Nacional de Educación a Distancia (UNED) que dirige Mario Menéndez,
quien lleva años trabajando sobre este yacimiento.
Ahora ambos equipos trabajarán de forma coordinada en La
Güelga durante este mes de septiembre. «Se trata de una colaboración
entre dos equipos para validar una hipótesis importante respecto a cómo
desaparecieron los neandertales y se estableció nuestra especie en el
Cantábrico», explicó Menéndez. Lo harán, concretamente, en la zona más
alta, denominada D, donde el equipo del profesor titular de Prehistoria
Mario Menéndez centra sus esfuerzos desde el año 2000, aunque no de
forma continuada, y donde se estudia la coexistencia del hombre
neandertal y el hombre moderno hace 40.000 años.
El equipo de expertos alemanes se desplazará esta misma
semana a la cueva de La Güelga -se espera que lleguen el domingo- para
realizar nuevas investigaciones cronológicas y sedimentológicas,
mediante el estudio de los componentes minerológicos que se encuentran
en los diferentes niveles de la excavación, para tratar así de realizar
su propia datación y, de esta forma, ajustar al máximo las fechas de
ocupación de este yacimiento. «Todas las dataciones tienen un margen de
error, pero utilizando varios métodos podremos ajustar al máximo las
fechas porque vamos restringiendo la horquilla de error», explicaba ayer
Mario Menéndez, quien destaca el prestigio del equipo de Gerd-Christian
Weniger. Menéndez y su equipo llegarán al yacimiento cangués para
preparar el área de trabajo dos días antes, el viernes, y permanecerán
en Cangas de Onís durante 15 días.
Desde 1990
La UNED lleva trabajando en La Güelga desde 1990. En los
primeros años se realizaron excavaciones en una zona más baja, en la
boca de la misma cueva, donde se hallaron restos pertenecientes al
Paleolítico Superior (hace 14.000 años). Desde 2000, los trabajos se
concentran en un espacio más alto en el que se estudia la presencia del
hombre neandertal durante el Paleolítico Medio. En esta área se han
encontrado importantes restos líticos, aunque destaca el hallazgo de un
diente premolar humano en el verano de 2008.
Tras el estudio de los restos hallados en esta segunda
zona de trabajo, el equipo de Mario Menéndez ha defendido la teoría de
la desaparición tardía del neandertal, que ahora espera verificar con
esta nueva datación por parte del equipo de expertos del Museo de
Neandertal de Alemania. Los expertos de la UNED consideran que la
extinción del hombre neandertal en la comarca del Oriente tuvo lugar más
tarde que en la mayoría de los lugares estudiados hasta la fecha. Se
basa en la localización de un tipo de herramienta elaborada con técnicas
avanzadas por el hombre moderno en el mismo nivel en el que encontraron
otras piezas más básicas, presumiblemente confeccionadas en la misma
época, pero por el hombre neandertal. De esto se extrae que ambas
especies pudieron compartir el espacio y el tiempo, aunque eso no quiere
decir que convivieran.
Otra de las teorías defendidas por el equipo de la UNED
está relacionada con las excavaciones realizadas en el área denominada
A, en las inmediaciones de la cueva de La Güelga. Es decir, aquellas que
corresponden al Paleolítico Superior. Aunque en esta zona no se va a
trabajar durante esta campaña, conviene recordar también que en este
lugar se localizaron numerosos restos de arte mueble, arte rupestre,
herramientas sofisticadas y adornos que permitieron concluir que la
cuenca del Sella funcionó en la Prehistoria como una misma unidad
territorial. Así, los hombres magdalenienses que vivían entonces en la
comarca se movían geográficamente por los diferentes yacimientos en
función de sus necesidades y la estación anual.