Equipo franco-chileno rescatará
galeón del siglo XVII hundido en Juan Fernández
Primer barco de la época que se encuentra en el hemisferio sur:
El Mercurio, 27/03/2010
La persistente incursión de piratas holandeses por las costas
sudamericanas tenía en ascuas a la corona española. El virrey del Perú, ante
rumores sobre una inminente nueva ofensiva, envió en 1633 a las islas de Juan
Fernández a la nave insignia de la época, el poderoso galeón San Martín, al
mando del alférez don Martín de Orellana. A sus órdenes viajaban cuatro
soldados, un piloto, siete marineros, tres asistentes negros, un grumete
aborigen y el capitán de la embarcación. Pese a los meses de espera, el
enemigo nunca apareció.
Fondeado en las costas de la Isla Robinson Crusoe, el San Martín
sucumbió ante un enemigo aún más despiadado: un fuerte viento norte con recia
marejada, que lo mandó a las profundidades. Ahí permanece hasta hoy,
transformado en una cápsula del tiempo del siglo XVII.
El relato, incluido en un documento de un archivo nacional, es una de
las pruebas más o menos definitivas que hacen pensar al arqueólogo submarino
francés Arnaud Cazenave de la Roche que el naufragio que le tocó identificar
por primera vez en 1996 corresponde al malogrado San Martín.
Tras postular a fondos y más de diez años de investigación en
archivos de España y Latinoamérica, Cazenave, junto con la Fundación
Archipiélago Juan Fernández, el Consejo de Monumentos Nacionales y otras
instituciones como la Universidad Andrés Bello, pudieron poner en marcha un
proyecto de rescate en el sector de Punta Lobos. En febrero pasado comenzaron
su trabajo, pero tras cinco días de buceo y observación vino el maremoto.
Pese a los escasos días de prospección, lograron rescatar un ánfora
en perfecto estado y, además, determinar la extensión del sitio gracias a un
instrumento conocido como perfilador de sedimento.
"Hemos podido comprobar que el yacimiento es muy extenso y que
no se limita sólo al espacio alrededor de las anclas encontradas en 1996,
sino que se extiende por una distancia que supera los 100 metros",
explica.
No más de quince
Esto implicaría que el material arqueológico se ha deslizado hacia el
norte. Pero también es posible que la estructura del barco se partiera en dos
y esté repartida por toda esa superficie.
Cazanave resalta que no más de 15 galeones de la misma época han sido
encontrados alrededor del orbe y que en el caso del hemisferio sur, sería el
primero.
Desconoce si la nave transportaba algún tesoro, pero lo más probable
es que guarde monedas de la tripulación, mobiliario, herramientas e
instrumentos de navegación.
Raimundo Bilbao, presidente de la Fundación, enfatiza que el proyecto
busca dar un nuevo comienzo a la isla tras lo que ha sufrido por el maremoto.
Y no descarta la instalación de un museo de sitio en el futuro.
Adelanta que la idea es volver al lugar a principios del próximo año
y excavar un poco más, pero reconoce que no se podrá hacer un trabajo
arqueológico de calidad si las instituciones calificadas no prestan el apoyo
necesario. "Esto va a costar caro, pero el resultado que se va a
conseguir será muy grande para el patrimonio nacional".
"Este yacimiento constituye un tesoro
arqueológico frágil y único. Nuestro objetivo es el estudio científico,
revalorización, conservación y protección del mismo".
ARNAUD CAZENAVE DE LA ROCHE
ARQUEóLOGO Y DIRECTOR CIENTíFICO DE LA SOCIEDAD DE ESTUDIOS EN
ARQUEOLOGíASUBACUáTICA, FRANCIA
Como Robinson Crusoe
335212
La mayoría de los tripulantes del San Martín se habrían salvado. Las
crónicas de la época dicen que la gente saltó a tierra y quedó prisionera en
la isla sin más recursos que algunos víveres y un bote. El alférez Orellana
convenció al capitán, al contramaestre, a un marinero y a un indio grumete
que lo acompañaran en la frágil embarcación al continente. El resto quedó en
la isla hasta que los rescataron. Pasarían 69 años más antes de que el marino
escocés Alexander Selkirk quedara abandonado en la isla por cuatro años,
incidente que inspiró a Daniel Defoe para escribir Robinson Crusoe.
PAULO ALEXANDRE MONTEIRO
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